Una crisis no es únicamente un “gran problema”, es una situación que supone una relación caótica y compleja de factores que necesitan ser solventados de una forma rompedora con lo establecido hasta el momento. Las crisis son caóticas y complejas, no existen soluciones a estas y la recuperación es impredecible.
En momentos de crisis los eventos suceden con rapidez, son continuos y unos eventos desencadenan en otros fundiéndose e interrelacionándose entre ellos. Generalmente las crisis establecen puntos de inflexión para las entidades que se encuentran afectadas por la misma. Tras sortear las dificultades, se establece una nueva realidad de trabajo generándose nuevos cambios y procesos de adaptación a los mimos.
Cuando nos referimos a crisis debemos estar seguros de que estas aparecerán a lo largo de nuestra carrera profesional, es por esto por lo que debemos aprender a gestionarlas. Ayudar a nuestro equipo a trabajar ante eventos preocupantes, repentinos y permitirles continuar con el trabajo que realizan diariamente. Cuando las crisis aparecen, si tiende a reaccionar en “modo supervivencia” dejándonos guiar por nuestros instintos, que en muchos casos son contraproducentes. Para ello debemos confiar en las habilidades de nuestro equipo, reunirnos con aquellos que consideramos necesarios para solventar la situación y trabajar unidos en la correcta toma de decisión para resolver la crisis existente.
La rapidez en momentos de crisis es vital, cada hora cuenta y una acción temprana puede evitar un desastre mayor. No obstante, existen muchas dudas a la hora de tomar la acción, nadie quiere sobreactuar precipitadamente sin disponer de toda la información, aunque esto pueda suponer un aumento de la gravedad de las repercusiones de la crisis. En algunos casos nos basamos en experiencias pasadas que nublan nuestro juicio o hacemos predicciones demasiado optimistas de las condiciones actuales. En las crisis se debe actuar de forma rápida y contundente aún existiendo incertidumbre debido a la falta de información.
El plan de acción elaborado frente a las crisis debe ser flexible y conciso. No se trata de elaborar un plan perfectamente definido, centrándose en la situación actual, si no de una serie de opciones que se centran en la información disponible en cada momento.
Concluyendo, con tal de afrontar una crisis se debe tener flexibilidad y disponer de lideres y equipos proactivos a la búsqueda de soluciones. Todo esto sin perder de vista la transparencia de la información, dando importancia a las personas y ofreciendo apoyo para seguir adelante. A nivel personal debemos ser sinceros y coherentes con nosotros mismos, respetar nuestra salud y descanse para poder estar en las mejores condiciones posibles frente a la crisis.